A menudo nos adentramos en el camino hacia la realización presuponiendo que comprendemos bien conceptos de base como “concienciaö, “menteö, “karmaö, “sacrificioö, “dharmaö, “acción justaö, “ordenö, guna, “silencioö, etc. Es frecuente, sin embargo, constatar que nuestro avance se bloquea debido a la no comprensión de estos conceptos y al persistente desconocimiento u olvido de qué debemos hacer para alcanzar la plenitud. La mente empírica -por lo general- se apropia de cosas que, por contra, pertenecen a lo que permanece detrás de ella, es decir, a la conciencia. El manas (la mente empírico-analítica), aun poseyendo la específica función de relacionarse con el mundo de los fenómenos, se limita a crear conceptos, incapaz de llegar más lejos; en otros términos, si el aprendizaje se resuelve en el mero componente de proyección mental, no puede haber realización efectiva, sino simple erudición o culturización de temas espirituales o tradicionales. La Realización, que apunta al Corazón del ente, es un factor que implica a la totalidad de la Conciencia pues es ésta la que ha de despertarse a lo que es. “Fuego de Ascesisö es una obra clave tanto para una verdadera comprensión como para la profundización en nuestro trabajo realizativo.